Mozart

lunes, 21 de mayo de 2012

La mascota de la casa.

Recuerdo el día cuando mi tío la trajo a la casa fue a principios de los noventa,era pequeña como un gato y de color indefinido entre el café y el rojizo con manchitas oscuras y un olor extraño como de jabón quemado; mi tío Alberto venia de África donde habia trabajado como operario de maquinaria pesada en las minas de uranio en Namibia, su contrato habia terminado y le habían pagado mucho dinero ,tanto como para retirarse a vivir de sus rentas,ese día llego temprano con su vozarrón de sargento y una jaula de plástico donde traía este regalo que nos cambio la vida.                                                                                                                                      

En casa eramos muchos,los abuelos mis dos tías ,mis padres y seis hermanos , en total doce personas  en una  hacienda muy grande donde criaba mi padre el mejor ganado de la región, la casa tenia dos plantas y corredores un gran jardín con un bosque de pinos y un estanque donde nadábamos y jugábamos en un botecito de madera.

 Era una mascota ,pero no una común y corriente cuando tío Alberto abrió la jaula todos se asombraron aquella criatura era muy fea olía mal y ninguno de nosotros a excepción de mi padre y del tío Alberto sabia que animal era .

Es una hiena dijo mi padre ,y enseguida miro al tío Alberto con incredulidad ;como se te ocurre traer  a esta hacienda un animal tan peligroso, por que haz hecho esto hermano y mi tío contesto ,es solo fama, las hienas en cautiverio son como los perros se habitúan al ser humano y de donde vengo las hay en las aldeas donde son amaestradas para cazar por su poderoso olfato,ademas en su hábitat natural solo matan en grupo tambien se alimentan de carroña y le temen al hombre.

Así convencido mi padre de lo inofensivo de aquel animalejo, le hizo una gran jaula en el patio donde fue creciendo, comiendo sobras y trastes de las reses que se dejaban para nuestro uso en la hacienda, recuerdo que aun cachorra (Era hembra) se lamia a si misma como hacen los gatos para limpiarse, por esa razón mi padre le puso de nombre  kitty (gatita en ingles).Crecio rápido con aquella dieta de vísceras y sobras. Recuerdo con miedo el sonido de los huesos grandes de vaca triturados con aquellas mandíbulas tan fuertes y espantosas mientras sus ojos furiosos me miraban a través de la jaula .

Pasaron los años y nos acostumbramos a aquella original mascota,las visitas que venían le arrojaban trozos de carne y se burlaban de su modo rastrero de caminar con sus cortas patas traseras y su boca siempre cerca del suelo Kitty solo miraba con sus pequeños y feos ojos como si entendiera las burlas de los visitantes.

Al tiempo murieron los abuelos y tambien mi padre y mi madre, mis hermanos  se casaron y me quede solo en aquella gran casa solo con mis dos tías ya viejas y enfermas , la hacienda habia sido vendida en su gran parte y yo me habia quedado con la casa el patio grande y el estanque y tambien con nuestra mascota que habia envejecido encerrada  en su jaula.

Un día salí temprano a comprar provisiones ,entre por el patio y me causo mucho asombro ver la jaula de nuestra mascota abierta, la casa estaba en silencio , subí al segundo piso donde están los cuartos de las tías, en los cuartos no estaban , seguro están en la terraza pensé ,camine por el largo corredor y ahí estaban las dos ancianas, o lo que habia quedado de ellas una carnicería llena de sangre por todas partes sus cuerpos mutilados estaban regados en partes por todo el lugar ; en un rincón Kity trituraba un fémur con sus poderosas mandíbulas nunca voy a olvidar ese sonido.

Corrí mucho para escapar de aquella pesadilla,los policías casi no creyeron mi historia, solo cuando fueron a la casa ,se dieron cuenta que era verdad, vinieron unas gentes del zoológico y se llevaron a Kitty,dijeron que no valía la pena matarla, estuve un tiempo en un sanatorio,mi mente habia enfermado por aquella dura impresión,luego de unos meses vendí la casa y ahora vivo en este cuarto de hotel solo con mis recuerdos y con la carga de una locura que controlo un poco con medicamentos.

De vez en cuando voy al zoológico y me siento frente a la jaula de Kitty, no se que malsano sentimiento me hace estar ahí sentado observándola,ella tambien me mira con sus feos ojos mientras tritura un hueso grande de vaca ,cuando me marcho, su risa me persigue y nunca se borra de mi mente enferma.Mas nunca quiero tener una mascota.


Cagua Venezuela Mayo 2012.

De Juan Francisco Lara Fernandez.