Mozart
sábado, 18 de agosto de 2012
Mariposas de tercer grado
Maestra Alicia le traje un regalo y le di la caja que había pintado con los pocos creyones prismacolor que me quedaban, terminaban las clases era el ultimo día.Ella con una sonrisa me dio las gracias y se sentó en su escritorio, el salon de tercer grado estaba lleno de niños todos distraídos en hacer un dibujo de un Araguaney .
Entonces se escucho el grito ,un grito de espanto que asusto a todos,La maestra había abierto la caja y las cincuenta mariposas de todos colores volaban por el salon de clase, La maestra casi desmayada en su silla ,no podia respirar ,de los otros salones llegaron otras maestras y la atendieron le dieron agua y le dieron aire con una carpeta de manila.
Se la llevaron a la dirección,algunos de los niños trataban de atrapar las mariposas que aun no habían salido por las ventanas para arrancarles las alas ,la caja pintada de colores estaba en el suelo aplastada y rota como mi alegría, a mi me expulsaron.Cuantas horas había pasado atrapando las mariposas de todos colores ninguna repetida para mi maestra Alicia .Yo no sabia que ella le tenia miedo a esas lindas mariposas .
Mas nunca vi a mi maestra Alicia y nunca mas regale a nadie insectos voladores .Hoy me da risa aquel gran susto de la maestra y recuerdo con nostalgia esos días de inocencia cuando creía que a todo el mundo le gustaban las mariposas de colores.
De Juan Francisco Lara fernandez
Cagua Agosto 2012
Nubes blancas
Todas las mañanas el sonido del molino de maíz ,se escuchaba en aquella casa ,el olor de la masa llenaba aquel lugar de su olor ,mas tarde en el fogón la masa se convertía en las manos de Delia en unas arepas bonitas redondas que parecían nubes blancas .Eran muchos niños y Delia tenia que hacer muchas arepas para sus hermanitos luego tenia que cargar agua, era tiempos difíciles y había que trabajar duro.
Cuando cumplió quince años Delia se enamora y se casa,vinieron los hijos, el molino no paraba y las arepas seguían saliendo redonditas de las manos de aquella mujer niña que ahora jugaba a ser madre ,con el tiempo tuvo trece hijos se graduó de madre con honores.
Hoy el molino no se usa, la harina precocida lo saco de las casas y se oxida triste en algún patio han pasado muchos años y Delia vive en una ciudad que cada día es mas grande y ruidosa.
Ya Delia no hace arepas ,sus hijos e hijas crecieron ,son arboles fuertes que la protegen con su sombra, y la cuidan como ella los cuido cuando niños .
A veces se asoma a la ventana para ver el cielo y cuando ve que hay nubes blancas ,recuerda las arepas que salían de sus manos Blanquitas y redondas como hechas de nubes , Delia sonríe y recuerda su vida como un camino largo lleno de bonitos momentos como en un sueño .
En cada nube Blanca va un recuerdo y un regalo del creador para Delia, que ya no hace arepas ni carga agua . Solo sueña feliz junto a sus hijos que la cuidan con amor como el tesoro mas grande y preciado . Delia sonríe, sabe que no ha perdido el tiempo, siempre tendrá una nube blanca amasada por dios para sus sueños.
Dedicado a Delia Colmenares y a sus hijos
De Juan Francisco Lara fernandez
Cagua agosto 2012
miércoles, 15 de agosto de 2012
La estatua y el loco
La estatua y el loco
El alabastro se tornaba tibio y del mármol emanaba un perfume a jazmín,nunca mujer alguna tuvo manos así, sus ojos me miraban.Intente llevármela a mi rancho,pero la estatua no se deja mover con un peso de siglos, nadie
Cagua 2012.
El alabastro se tornaba tibio y del mármol emanaba un perfume a jazmín,nunca mujer alguna tuvo manos así, sus ojos me miraban.Intente llevármela a mi rancho,pero la estatua no se deja mover con un peso de siglos, nadie
quizo ayudarme ,me dijeron loco!! y me escupieron, no me importa, como loco puedo amar a una piedra.Desde entonces vivo aqui en esta calle tirado a sus pies.El polvo y la suciedad me van cubriendo,se endurecen sobre mi piel, no tengo hambre ni sed,sigo insistiendo,solo transformándome podre conquistarla para siempre.
Juan Francisco Lara Fernandez .
Cagua 2012.
Piropos de animales.
Piropos animales
Si los animales hablaran y piropearan a sus hembras y si Steven Irwin estuviera vivo
lo filmaría.
El pulpo al pasar
por el agua la pulpa con su movimiento fluido le dijera
: Adiós pulpa bella como me gustaría con la punta de
mi tentáculo y con tu tinta escribirte
un poema .
O el
puerco espín le soltaría a su amada quiero puyarme hasta el
cansancio en tus espinas
y no librarme nunca de ese encanto.
Y
el gavilán galán Mi
gavilana linda, todas esas alas y esa cola con que vuelas tan altiva son tuyas
El gato en el
tejado a la gatica arisca
quisiera ser el dueño de tus maullidos y de esos ojos verdes esmeralda que brillan en la noche como estrellas.
Vente para acá mi chicharroncito a que te bañes conmigo en mi chiquero le diría el cochino
a la cochina
Vámonos a la selva
flaca bella a ver que
hay en las copas de los arboles le diría el jirafo a la
elegante jirafa
Me tienes colgado
de una rama y haciendo morisquetas,
dirá el mono a una monita graciosa y muy coqueta.
Pero los animales
no hablan ni escriben poesía y Steven Irwin ya se fue de esta vida Solo queda piropear a las damas y que alguna sonría
Porque: no hay mujer que no la de (la sonrisa) ni hay hombre que
no la pida (la sonrisa)
Juan Francisco Lara F.
Cagua Agosto2012
lunes, 13 de agosto de 2012
Al gran Mariscal
Al gran mariscal.
Desde la altura de tu estatua altivo
Ves como van pasando el sol y el agua
y la gloria te retiene cual cautivo
Desde tu plaza en la ciudad de Cagua
Caminan las gentes en su afán cotidiano sin notar las miradas del gran mariscal que observa todo,desde su alto plano
con toda la indulgencia patriarcal
Somos los hijos del Abel que murió
por cada uno de nosotros en Berruecos
de la mano cobarde ,que su vida corto
con la bala asesina y resonante eco
Mariscal de ayacucho yo se que un día
si nos volviera a faltar la independencia
seguro bajarías de la piedra fría
y con los tiranos no tendrías clemencia
Mientras tanto vigilas en tu sueño
en este pueblo que atesora tu historia
de la veneración eterna eres el dueño
junto a Simón mas allá de la gloria.
De Juan Francisco Lara fernandez
Cagua 12 agosto 2012
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