Mozart

domingo, 1 de julio de 2012

El vendedor de hojas

Para recordar la navidad pasada y pensar en la que viene
en vez de irnos de paseo a Tucacas
Mi mujer y yo decidimos hacer algo que nos entretiene
Hacer hallacas.

Luego de comprar todo, comencé a preocuparme por las dichosas hojas
de cambur ,que son el autentico envoltorio de este plato
preguntando llegue a una pulperia donde un señor la frente honrada en sudor moja
como en el verso de Elias Calixto Pompa ,que en la escuela me leían a cada rato

Nos pusimos de acuerdo de inmediato,las hojas se veían bonitas
seguro que el señor sabia que las hojas de cambur hoy escasean
Y yo cansado ya de caminar quería, irme a mi casa a hacer las hallaquitas
tambien beberme unas cervezas mientras las ollas gorgorean.

Cuando el señor pesó las hojas,las desplegó en la mesa de la pulperia
con la delicadeza del que extiende un paño que con detalle a sido hecho
era como si un manto de tela muy fina y costosa en sus manos habia
-Hay que ser cariñoso con las hojas -me dijo, no hay nada mejor que un cliente satisfecho 

Así quede admirado de aquel hombre que no solo su trabajo hace
sino que tambien con celo cuida de las cosas sencillas como si fueran un tesoro
ojala! hubiesen mas personas así,el amor y cariño del corazon les nace
esas personas que son pocas como el señor del cuento valen mas que el oro

Demas esta decir que las hallacas quedaron muy ricas y sabrosas
gracias al genio que tiene mi mujer para cocinar el plato suculento
Y yo que hice? amarre las hallacas con esmero salí a comprar las cosas 
me tome unas cervezas, a ustedes no les guarde hallacas pero les eche el cuento.

De Juan francisco Lara Fernandez.


Cagua junio 2012.