El
susto
Después de morirse, Francisca Augusta fue
mucho más amable y cordial con las otras habitantes de aquella casa vieja
en San Mateo. En vida además de beata y santurrona había sido
mandona chismosa y prepotente, ahora muerta se enteraba de todo solo
atravesando paredes y puertas , para mantener su gobierno solo tenia que
asustar a Etelvina a Crucita y a perla de vez en cuando moviendo una
silla o tumbando un plato en la cocina o apagando las luces de los cuartos.
Pero su paz de fantasma cambio cuando se mudo el primo Remigio a esa casa vieja
donde Vivian tres viudas .Aquel hombre callado había pedido un cuarto en
alquiler y las hermanas se lo habían alquilado debido a la
precaria situación económica de aquella familia de mujeres.
En el
primer momento Francisca augusta decidió echar a aquel intruso, con paciencia
de fantasma, pensaba como lo, decidió hacerlo esa tarde, y así fue. Remigio
llego del trabajo y se metió en el baño a quitarse el polvo de un día
de faena, entonces Francisca Augusta atravesó la pared para espantarlo. Grito
muy fuerte con un grito que nadie escucho, se había quedado
paralizada casi que se muere otra vez, aquel fantasma de señorita vieja
nunca había visto a un hombre desnudo y aquel remigio era de los que
tienen casi una tercera pierna, del asombro paso a la vergüenza. Se fue a
esconder al cuarto de los cachivaches donde dormía sus sueños de fantasma.
Desde
entonces Francisca augusta ha cambiado, solo asusta a las visitas y los
gatos que viven en las tejas, en las tardes se asoma a las celosías y ve pasar
la gente y los carros, de vez en cuando con curiosidad de solterona le echa un
vistazo a remigio desnudo y sonriendo con tristeza dice! si vuelvo
a nacer me caso!
De
Juan Francisco Lara Fernández
Cagua
24 Agosto 2012
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