Siempre ha estado ahí, se que engorda cuando estoy triste ,celebra mis derrotas con una danza acompasada, como el caminar de quien carga un ataúd bajo el sol .Nunca se rendirá hasta ver dos tapones de algodón floreciendo por donde respiro. Mientas tanto no me negare a la batalla desigual , mis armas son viejas y gastadas,aun así son filosas como los vidrios rotos del camino,llevo también conmigo el escudo de la memoria,se que cual Medusa, la sombra que me acecha se volvería de piedra si se ve reflejada en un feliz recuerdo.
De Juan Francisco Lara Fernandez.
Agosto 2012
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