Mozart

viernes, 12 de octubre de 2012

La ventana


La ventana


Los domingos cuando salía de la misa me colaba a escondidas hasta la pequeña ventana de la sacristía. Desde ella miraba como entraba calladamente la viuda Joaquina y como se desnudaba, su piel y su belleza eran para Jose del Carmen, el sacristán de la iglesia que también nos enseñaba el catecismo. A escondidas de todos desataban sus pasiones y yo era el único testigo .Recuerdo que sentía los besos y caricias de Mercedes  como si fueran míos, aprendi de Jose del Carmen el arte de  hacerle el amor a una mujer mucho antes de poder tenerla.    El pueblo en ese tiempo solo tenia seis calles y algunos automóviles .Se veían los techos de teja y barro, todo lo demás estaba cubierto por arboles: Mangos, Cotoperices, Samanes, Mamones y aguacates, Hacia el sur pasaba el rió y hacia el norte las montañas.  Hoy  después de cuarenta años todo esta donde mismo y el pueblo es  mas grande. Pero cuando de lejos veo la pequeña ventana de la sacristía, la lujuria del recuerdo se apodera de mí y me voy rápido a casa, con mi mujer, María para hacerle el amor como aprendí de ver a Jose del Carmen y a Joaquina, Del catecismo no recuerdo nada, solo el padre nuestro.

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