Cuando comienza a aclarar el día, el audaz canario entra sin permiso junto a la luz del sol por la puerta abierta, se posa en un mueble de mi sala,con altivez me mira con sus ojillos negros por encima del hombro de s
u ala amarilla,canta unas notas cortas y aparece su compañera, también es amarilla con reflejos rojizos y aires de condesa .Ella con trinos de soprano le reclama .El solo calla y vuela hacia la calle, se van los dos hasta un majestuoso Apamate coronado de purpura.Supongo ahora que ni mi presencia ni mi casa fueron del agrado de tan estirados e inesperados visitantes.
Juan F.Lara F.
Cagua agosto 2012
Juan F.Lara F.
Cagua agosto 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario