Mozart

martes, 8 de enero de 2013

Severiano y el muerto

En un rincón del patio Severiano observa a todos los que asisten al funeral ,son vecinos ,amigos familiares.Algunos ríen de un chiste que cuenta el mocho Ramón su compadre de toda la vida  ,las carcajadas suben tanto que Severiano dice ssshhh para que bajen el volumen y respeten al muerto,ellos siguen riendo pero bajito.

En una mesa juegan domino Damaso su cuñado y Raimundo el barbero , contra dos hombres que no conoce,juegan colocando las piedras con cuidado para no molestar a los que rezan en la sala junto al ataúd. En la empalizada de la casa una pareja se besa en las sombras de la madrugada Severiano sonríe, de joven le gustaba mucho besar.

Entra en la sala y mira a los que rezan ,su mujer,su suegra,sus cuñadas y otras mujeres del pueblo hasta Petra Cecilia la dueña del bar donde Severiano  es el mejor cliente reza con padres nuestros Avemarías y lagrimas gruesas en el rostro.

El olor del café recién colado lo persigue por todas partes de la casa ,pero  Severiano no puede tomar café se lo prohibieron los médicos hace años.

Se distrae sentado en una silleta , viendo las caras de los que vinieron a despedirse del difunto.Le dan ganas de jugar domino, y de besar a una muchacha,de rezarle al muerto que descansa con serenidad y cara muy seria en la urna de latón con pintura dorada y de tomarse todas las tazas de café que le de la gana.

Pero baja los ojos y triste se da cuenta de algo al escuchar su nombre en los labios de los que rezan . Algo que por un momento  habia olvidado, 

!Que el mismo,es el muerto sereno y serio de la sala !.

Mientras tanto ellos siguen rezando en interminable letanía  ....Severiano Del Carmen ...dale Señor el descanso eterno .Y brille para el la luz perpetua.

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