Cansada de tanto ajetreo la elegante Floricia llega cansada a la casa donde vive sola . El trabajo en la oficina tan monótono como exigente deja sus huellas en su cuerpo de cincuenta primaveras .
Al entrar en su cuarto comienza el ritual de todas las noches ,se quita los zapatos,de tacón y plataforma de quince centímetros de alto, ahora descalza mide uno sesenta .Se va desnudando, le cuesta mucho quitarse la pantaleta faja que comprime su abundante abdomen , se le hace menos difícil el brassiere que levanta y da forma a sus pechos caídos.
Luego retira las pestañas postizas el maquillaje y los aretes .Envuelve su cabello en lo que fue una panty media negra.
No puede evitar mirar en el espejo a la verdadera mujer que es ,ni tampoco las lagrimas llenas de desaliento y tristeza. Ella quisiera quedarse así para siempre y ser feliz en una casa menos sola, con un marido viejo y normal, hasta con nietos mocosos ,donde la quieran sin los tacones altos ,sin la base anti arrugas y sin las opresoras fajas .Se acuesta plena de cremas hidratantes.
Al dia siguiente muy temprano llega de nuevo Floricia a la oficina. Le dicen buenos días jefa , a su paso elegante y perfumado todos la miran . Ellos con algo de lujuria ,ellas con dulce envidia.
No saben que el sueño de Floricia es ser feliz un dia sin sus tacones altos.
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