Cuando cumplió quince años Delia se enamora y se casa,vinieron los hijos, el molino no paraba y las arepas seguían saliendo redonditas de las manos de aquella mujer niña que ahora jugaba a ser madre ,con el tiempo tuvo trece hijos se graduó de madre con honores.
Hoy el molino no se usa, la harina precocida lo saco de las casas y se oxida triste en algún patio han pasado muchos años y Delia vive en una ciudad que cada día es mas grande y ruidosa.
Ya Delia no hace arepas ,sus hijos e hijas crecieron ,son arboles fuertes que la protegen con su sombra, y la cuidan como ella los cuido cuando niños .
A veces se asoma a la ventana para ver el cielo y cuando ve que hay nubes blancas ,recuerda las arepas que salían de sus manos Blanquitas y redondas como hechas de nubes , Delia sonríe y recuerda su vida como un camino largo lleno de bonitos momentos como en un sueño .
En cada nube Blanca va un recuerdo y un regalo del creador para Delia, que ya no hace arepas ni carga agua . Solo sueña feliz junto a sus hijos que la cuidan con amor como el tesoro mas grande y preciado . Delia sonríe, sabe que no ha perdido el tiempo, siempre tendrá una nube blanca amasada por dios para sus sueños.
Dedicado a Delia Colmenares y a sus hijos
De Juan Francisco Lara fernandez
Cagua agosto 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario