Tallas
A Serafín amargado y
avaro solo lo distraía de hacer dinero su obsesión por la muerte, una manía
enfermiza de lo que pasaría el día de su partida al otro mundo. Era dueño de un
puesto de comida donde les vendía a los turistas los ricos platos tradicionales
de la comida de la costa, también era un hombre vociferante y gritón sin ningún
tipo de humildad.
Un día compro una casa cerca del rio la casa
mas grande del pueblo, debia ser así porque Serafín media casi dos metros y
pesaba mas de ciento treinta kilos, era un hombre muy grande de cuerpo mas no
de alma. Serafín tenia un vecino llamado Fluvio paz un hombre muy pequeño de
estatura todo lo contrario de Serafín, solo pesaba unos cincuenta kilos, Fluvio
era de esas personas a las que todo siempre les queda grande y
siempre parecía que estaba desapareciendo entre sus ropas .Serafín odiaba a su
vecino Fluvio por ser un tipo callado , insignificante y mal vestido , como
sabia que Fluvio era muy pobre acostumbraba a traer la comida sobrante de su
negocio y dársela a los perros ante la mirada triste de Fluvio que se
alimentaba muy mal y a veces no tenia con que comer.
Su obsesión
con la muerte había llevado a serafín a comprar una gran urna hecha a su
medida, decía que cuando muriera debía ser enterrado como lo merecía, aquel
monstruoso sarcófago que media casi tres metros y era tan ancho como una
puerta grande, tenia adornos dorados, era de madera costosa y permanecía
guardado en la funeraria del pueblo. La tragedia nunca se espera y en esos días
llovió tanto que el rio creció mucho, desde la montaña bajo un torrente de agua
piedras y arboles arrastro a su paso las casas cercanas al rio.
No quedo nada de la casa
de Serafín nunca encontramos su cadáver. Seguro estaría mar adentro dando
de comer a los grandes peces que se deleitarían con su gigantesca humanidad. La
pequeña casa de Fluvio también fue arrastrada por el rio, su cuerpo lo
encontramos debajo de un árbol en la orilla de la playa. Fue así como en
su manía por la muerte Serafín término siendo el desayuno de algún tiburón
con suerte .Y Fluvio así como había vivido, dentro de ropas y cosas que
le quedaban grandes, Fue enterrado en aquella inútil urna gigante que tanto
dinero le había costado a Serafín.
Nada es seguro en esta
vida .La muerte no sabe de tallas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario